ñañañ

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martes, 8 de marzo de 2016

mejor ocho veces puta, que una mujer

Feliz día a las putas, a las que les gusta coger y a las que cobran por ello. Feliz día a las que se vengan de sus agresores y violadores y las que se levantan y entrenan por que no cuentan con un asqueroso sistema policial que la defienda ni con un dios al cual rezarle, sino que con sus propias alianzas que van construyendo en las calles, a través de los libros tejen dentro de los suburbios las redes por las que abrazarse. No tengo nada que ver con la palabra mujer, este día tendría que festejarse el dejar de ser mujer -esa construcción que han hecho desde una muy pobre idea; la biología- dejar de habitar cinturas aptas en la televisión, dejar de habitar la hegemonía de cabeza licuada, dejar de dejar todo a merced de su pareja, dejar de pensar que tu fin tu único fin y lo único por lo que te enorgulleces es por ser madre, abandonar esas prácticas aburridas de estar condenada a agachar la cabeza, dejar de complacer, de agradar. Ojalá este día te recuerde que la belleza también es un eructo fuerte en la mesa, un pedo oloroso en la siesta, socorrer un aborto, sobrevivir a una violación con la fuerza de un huracán que desarma los recuerdos volviéndolos herramientas de lucha, unos pelos de virulana en tu cuerpo, una lengua en la pija de una chica trans, una lesbiana tocandote las tetas, una orgía en la plaza, un beso en la luna.

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