ñañañ

ñañañ

domingo, 22 de septiembre de 2013

El terror 1

Tengo miedo
de no poder decir
de no poder partir de las
ruidosas aguas tempestuosas
de no tener palabras
que me escriban
de que alguna de estas hojas
sea la botella quebrada
en una esquina cualquiera
en una esquina por donde doblan ellas
y doblas vos
mientras te veo irte
tal vez
con mis palabras tuyas
y el derrumbe de la pared floja
levanta a los fantasmas
y a una nube que nos traga
en la agonia terrible
de la terrible tristeza
y en su interior latoso
una explosion
/de lo que esta
dentro
y es ajeno/
de lo que como
los pajaros
no vuelven al mismo lugar
aunque alli vivan
tus manos abiertas
llenas de alpiste, de cemola, de pan de trigo.

La memoria de la sed
no es
esperar
friamente
con el corazon encapuchado
en los confines de lo encerrado
como salida ilusoria
de un bien estar pasajero.
La sed es la memoria de lo rasposo
como alambre
con sus puntas ensimismadas
en un puente que siempre viene
como plus del beso de las muchachas
que te arrancan la vida
por la sombra
por la inconstante, ausente, maldecida
cementèrica, holocaustica, insuficiente, ansiosa
muy poca, raquitica, nublada, apocaliptica
enredada, enmaquillada luz imbecil
ni siquiera tenue, esclava de su carente busqueda de aunque sea
un cadaverico color
ocre, ciel, azulado, blancuzco,
negro, gris calle, gris lluvia, gris recuerdo,
gris riel, gris canoso, de lata, de metal
de plomo, cromado, vidrioso, empapado, tormenta,
sopa en los balcones, sopa en las pieles, sal de amor,
condimentado,
picante,
de azucar quemada,
de caramelo duro,
de dormir,
de quedarse,
de no desdoblar la esquina,
de ser molusco, babosa, camaron, cangrejo,
de que la ola te vuelva al mar,
de que la mar te vuelva a la ola,
a la sacudida breve
de tu cuerpo
a la despedida lenta
del olor
tenue
todocaracol
abrillantando mi desnudez
espejada
en el vidrio ultimo
de la ultima botella
quebrada, rota, separada
y a vos
y el miedo de no escribirte,
inventarte morderte ensuciarte raptarte
contenta extasiada esplendida radiante
no renuncia
por el terror el desvelo el furioso incendio
la tempestad el silencio la sed en un desierto
el estrujamiento cronico
el techo infinito
todo lo que me rodea derretido estropeado de cera cayendonos
la inutilidad del pasado como silencio eterno
del desierto que no es la sed
es la falta
de ella.

no renuncia
no renuncia el miedo la sombra expansiva
la implosion como accion de romperse hacia dentro
el curso de mi sangre aprisionado en tus
labios
dramaturbios monumentales expansivos
devoradores volcánicos magneticos
de tu boca oscura gigante mojada
de fruta fresca anochecida andariega
de flores de mates de sol
de horizonte perdiendose perdiendonos
no renuncia mi cuerpo mis pensamientos
al terror
inmundo asqueroso vomitivo patético triste
mas que gris
mas que lo que nada
enmohecido torpe desanimado perdedor
miedo de olvidarte.