ñañañ

ñañañ

martes, 16 de octubre de 2012

piñas van

hay un cementerio
de tumbas apolilladas
y arañas
que tejen
en los sueños de los sueños
hasta que
digo
lo que siento
y saco a patadas
a los muertos

volvernos

tengo una mano
tengo el calor de una mano
mojada
tengo un beso
de la piel
de la chica del vestido
azul
con cuellito blanco
tengo en la cara
todas sus huellas

-nos caminamos
todo el cuerpo-

en las lineas de nuestras pieles
nos perdimos
no creo que este tan mal salir a pasear
fuera de nosotras
-extrañarnos-
desatarnos un poco
viajar a marte, a júpiter
helarnos las narices
dentro de esas noches
en los bancos de plazas
quedarnos dormidos
en la pagina de un libro
y que nuestros amigos
se queden dormidos
en otra pagina del mismo libro
y ponernos tristes
por saber que formamos parte de la misma historia
pero que nunca nos vamos a encontrar

y volvernos a soñar
a tratar de romper
el espacio
y tirar lineas para todos lados
desparramandonos el alma
y que entre un pensamiento
y una palabra
podamos besarnos otra vez
tan carentes de la caminata del otro por el cuerpo
tan inocente
de una voz gastada
con nombre y sombra de otro
que no hemos conocido
que hemos olvidado
para recordarlo otra vez
en esa mano
en el calor de esa mano tibia y mojada
en el beso
de la piel
de la chica del vestido azul
con cuellito blanco
y tan hermosa
como siempre

rasposo

nos encanta tratarnos
como si estuvieramos hechos
de ese rastro que deja el abre latas

el ojo hace la perspectiva: deja lo de atrás todo tan pequeño y por eso lejano, lo va haciendo a un lado lo corre, hasta que solo podemos ver algo que parece un espacio, una pelota, un punto, pero es un zapato, es un zapato tan grande que no deja ver nada mas


(muy bien lo dijo ella: "Por no estar distraídos")

-en los ojos el reflejo de un zapato-
que se mueve
cada vez menos
carente de mares y de tierra
de lugares lejanos
ajenos
de paredes abiertas
de sueños desconocidos

el horizonte se ha perdido,
las olas desdoblan en los rostros
los recuerdos apuñalados
por una carta
que no llega
que nunca llegará

en los ojos se espeja ese par de zapatos
que disimulamos no tocar
para refutar los reproches
con un
"pero si pudiste escuchar la luna al menos una vez"

Ahora no es extraño
el vértigo de estirar la mirada
ni tampoco el miedo
que entra por nuestros oídos
con un timbre de teléfono
que bifurca
las aguas del río
por ese error
tan delicioso
de pegar la retina
a la suela del zapato del otro

Viajes

Coroico, Bolivia

Tocaña, Bolivia

Tocaña, Bolivia

Susques, Argentina

Cerca de garganta del diablo, Humahuaca

Iguazu, Misiones

Remera de la Gaby

San miguel de Bolivar, Ecuador



Ceremonia de San pedro, en san miguel de bolivar, ecuador


Coshientes

Ecuador



jueves, 11 de octubre de 2012

Byakko



Hay un bosque de cristal
 y los tigres blancos por fin
salen de la niebla.
Sus mordidas me defienden del viejo mundo
y las olas de los ojos ebrios de sangre
que existe,
nueva y resplandeciente
reaparecen
quebrantando el murmullo
ensordecedor
que nos niega.

Cuando un tigre blanco nos muerde
nos arranca la vejez.
Esa mordida representa
sentir el peligro de estar vivo
como un dolor profundo
en el ombligo de la tierra.

Cuando vuelva a nacer
quiero besarte
de nuevo

vernos asi

Vi crepitar tus ojos en el espacio
la noche se nos caía
el cuerpo se desatormentaba
y una estampida de almas se caían hacia arriba
desde el ombligo del mundo

Volvia un tigre a esperar en la niebla
quisimos desvestir las armaduras
que aterrorizaban nuestros sueños
de esas sombras extrañas
indescifrables

Mustias estampitas de santos
tapaban los ventanales
y los cerrojos
nos mentimos otra vez
para evitar esa caida de atomos invisibles
y dejar
irremediablemente
que el centro, la superficie, y la periferia
del universo
se nos caiga en el alma
con todo su barro y su sangre
con toda su vigilia y su escafandra

Las garras se doblaban
y permanecían escarbando el infierno
de cada vena
muerta
por la recurrencia de la misma sangre
siempre
como las palabras
repetidas
innumerables veces
pierden significado

Nos olvidamos de desinyectarnos
cada siglo
de brisa manchada
y desde que nacimos
seguimos siendo
viejos

ahora te preguntas
¿y de que sirvieron todos estos años?
nadie se detiene a escuchar el mar en el alba
por que los oídos rebalsan murmullos
 que no rumorean
la luz de la luna en el bosque
sino un silencio
que nos quebranta
los huesos
un silencio
que nos vende
para mantener secuestrada nuestra
todavía
inexistente
posibilidad
de existir

Vernos asi
tan arrugados
no sabiendonos

guardados hasta quien sabe que remoto tiempo
sin desdoblarnos la boca
y gritar de una vez

que no le tenemos miedo
a la muerte
por ver cortados
los cables
del sistema

miércoles, 10 de octubre de 2012

espora

se toca el parpado

se toca la nariz
no se
si lo sabe
pero es de papel
y por delante y por detrás
la traspasan seres mitológicos
de remotas historias
me sonríe
me mira el rostro, el gesto
guiña el ojo, me juega
durante mas de cuatro miradas
escondió algo en su pecho
algo azul, amorfo
que estaba pero no estaba
por que sus partes eran partes de otros cuerpos
hasta que por fin
lo deduje;
era un viejo sentado en su corazón
andariego, de algún otro siglo
tiene un libro entre sus piernas
de los cuentos vivos
que dicen que hay una nena
que por las noches se la encuentra
entre otros planos y puntos
que tiene monstruitos azules y naranjas
que le caminan la cara
en sus manos, los guerreros
levantan su brazo y se entregan
a la lucha
en sus ojos el relleno
es amarillo, casi dorado
como todo lo que no tiene el azul
ni el rojo
ni el negro
como el maíz
que dentro esconde poemas
de otros viejos granjeros
que pierden granos por ahí,
a veces piernas
a veces algunos dedos.
Cuentan también
que uno
cuando la mira
se queda dentro del libro
del viejo
que habita en su corazón
y ella sale, se escapa
otra vez en otras épocas
en otros cuerpos
a buscar los granos de maíz perdidos de sus ojos
y completa
siglo a siglo
su mirada.

La que me escribía
hace cinco minutos
ahora me guiña el ojo a mi
por que también busca salir
en el momento exacto en que yo empiezo a contar su historia
pero he detenido el tiempo
en su sonrisa, en su gesto
Vengo de otra medida de tiempo
de una galaxia ajena al conocimiento
como un punto he perdurado
re-mutandome en cada forma de existencia
Tengo los ojos
casi llenos de granos de maíz
y cuando estén completos
se empezaran a caer sobre este ciclo
sin pausa
habrá chicha de sobra
y no se podrá decir
que es de mal augurio
vivir ebrio de la vida
La tierra sera amarilla, dorada
como la piel bronceada
de los que caminan bajo el sol
despistados, perdiendo los granitos
sin saber que completan el mundo
y volveré a ser de papel,
de crayon
o del aire de una burbuja
que sale del eructo de un pez
gordo
que devoro días y semanas y meses y años
antes de ser comido por otro mas pequeño
pero que sabe volar. Y cuando explote en la superficie
habrá otro cuerpo, en el que viviré
buscándome
buscando te.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Segundo círculo

"Devenir autónomo" podría querer decir, también: aprender a pelear en la calle, a ocupar casas vacìas, a no trabajar, a amarse locamente y a robar en los supermercados.


La insurrección que viene
Comité invisible