ñañañ

ñañañ

domingo, 6 de mayo de 2012

no hay nada

No tengo ni idea lo que vengo a escribir.

Desconozco hacia donde se dirigen mis dedos ahora. Veo una mancha en la pared.

Aca la escribo.

Una mancha de molusco.

Innumerables huellas de caracoles que al final o al principio,

dependiendo desde donde se lo mire,

forman una mancha

olímpica

oscurecida

desparramada

resbalosa.

La sombra de una araña vive ahi.

Su cuerpo esta un poco mas adelante

no toca la pared, ni la mancha.

Cuelga del techo patas para arriba.

Su presa estará por llegar pronto,

mientras tanto su quietud me indigna. Quiero soplarla pero no me voy a animar.

Va a pasar lo de siempre:

Ella trepará un poco, tal vez se asuste, yo la voy a seguir con la mirada

con ansias de que crezca y pueda ver sus ojos fijos sobre los mios

y un frío mas caluroso que

este frio

me descongele por dentro.

Tambien hay un clavo

en donde una percha aguarda

vieja, doblada

alambrosa

blancuzca

que alguien tienda

al menos

una prenda

mojada

empapada

apenas con agua

escurrida

sin restos de espuma

con olas de pliegues

y un perfume

tibio

que saque a patadas

el olor

nauseabundo

de todo el tendedero

que llevo dentro.

Los broches estan colmados-

La soga necesita

torcerse

re-torcerse

enjuagarse de los ropajes que la cubren

y la inventan.

Tambien hay en esta habitacion

mitad calida

mitad fria

cigarrillos aplastados contra las cenizas

palabras de mas

que atrapo para escribirme

palabras que no estan

que faltan

que se cayeron

-cayendome-

palabras que descansan

en los confines

de ojos quietos

palabras desconsoladas que me buscan

me atraviesan

me arrancan

me vigilan

palabras torpes

que me chocan me atropellan me ametrallan

palabras alfileres metalicas aminoacidas

palabras carteles que amordazan y persiguen

palabras heroinas que apuñalan la nostalgia.

Nose la direccion, el destino

hacia donde apuntan mis dedos

nose si son redes estropeadas

que perderán

infinitudes de palabras.

Creo que hay mas cosas

en esta habitacion

mitad calida

con una puerta hacia el invierno

en la parte trasera

que es la que congela

la otra mitad;

Hay un oceano entre las otras cosas

y yo,

por lo menos en este poema

puesto que solo puedo ver

todo lo que ya he visto aquí,

hace algunas palabras.

Será que no tengo idea de lo que voy a escribir

o el ardor será

de no retorcerme

lo suficiente-

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