ñañañ
jueves, 19 de diciembre de 2013
Para las pesadillas, tijeras bajo la almohada.
Era tu fantasma. Era la parte maldita de tu alma. Venía a Pegarme. Venía de repente con tu cara desfigurada. Tu cara de odio desfigurada contra mi. Yo no estaba muerta pero no me movía. No quería moverme. Al fantasma le salieron manos, me pegabas. Me arrancabas algo importante. El vacío crujió sobre mi. Era como una estampida de rinocerontes sobre mis huesos. No te tenía miedo. Me deje pegar. Me hundiste tu dolor violentamente. Tu odioso fantasma me atravesó el pecho. Mi corazón latía fuerte. Me desperté con taquicardia. Me desperté muda, vacía, lejana. Me habías habitado. No te queres ir de mi, pienso. Pero cuando salga del shock de esta pesadilla te voy a vomitar y los ríos se van a encargar del resto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario