vomitalo
que se llene la mesa de lentejuelas
brillantes
y que de tus ojos se desprenda
-como se suicida una gota-
el trozo de luciérnaga
que nos alumbra
vomitalo
que entre los paredones de los dientes
no quede la mordida
putrefacta
de lo que no alcanzó el aire
para soplar
vomitalo
que en las venas dormidas
de tu mundo de hadas
sangres
y te desenvuelvas
de todas las capas
y los capaces
y los talveses
y los quizases
que digas si!
que tu lengua se asfixie
de tanta oreja sorda
que se muerdan los pies
las hormigas
que te pinchan la ropa
que en esa estrella
te mires por primera vez
y te escapes -de nuevo
para siempre
de vos
que llegues a su piel
y en esa oscuridad olorosa
te resbales hasta caer
en lo profundo
de su voz
que grita tu nombre
que pide tu espalda
que se mete por debajo de tu lengua
y te clava
el mas doloroso
amor
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