Esta es la práctica de la filosofía.
Esta es la manera de renunciar a una vida llena de mentiras.
Así es como un cuerpo
no se reprime
de las formas que lo liberan.
Y ahí está la prueba, como quienes escribieron también
vagando, a veces sin más que explorar el mundo desconocido. La tierra deviene nueva y por eso desconocida cuando se la camina fuera de los límites dibujados. Todo es un juego, y como tal, hay quienes se generan un lápiz y abren una boca en el límite. La boca es un barco. El barco es un cuerpo. Llegarás a ti en ese jardín dorado de olas indecibles. Escalarás los ojos ajenos como quien deja atrás la imbecilidad, que no es más que la tortura de obedecer. Hay cosas que son mentiras. En tu mano se convierten en polvo cuando las tocas con la pulpa del corazón, basta tomar aire y soplarlo a las estrellas. Las ratas sabrán donde cavar para que se caigan de una nube como un rayo que todo lo prende fuego. Abrirás tu cabeza con el abrelatas de tu más profundo silencio y será el pájaro quien navegará en la sangre. Será tu pájaro, el pájaro azul. Serás tu. Y todo lo que tu eres llegarás a serlo.
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