ñañañ

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lunes, 28 de marzo de 2016

Después de la General paz


De acá la guitarrera
se hace sola
sin el trueque del marketing.
No es cartel
quien un recital inventará
sino
los cayos de sus pies.
Tuvo
la esplendorosa estrella:
Se construyó a sí misma y a la magia que reparte
en bidones de vidrio
por todo el barrio.
Sus canciones hablan de la luna
entre las calles de un puente
que se puede ver cuando la policía no opaca con su luz.
Es una autopista
la que te separa de la fama
y por la capital hay que andar esquivando
la mediocridad de quienes siempre
tienen la voz
campanada de iglesia
en la ciudad con más habitantes
todavía pica la tierra en los ojos
pibe de caseros, te pasan a barrer
como si fueras mugre.
piba ruta ocho tu sonrisa
es el mejor antro.

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