ñañañ

ñañañ

jueves, 10 de marzo de 2016

la galaxia rebelde

"Recomenzar no es nunca recomenzar algo. Ni retomar un asunto allí donde lo habíamos dejado. Lo que recomenzamos siempre es otra cosa. Siempre es inaudito. Porque no es el pasado lo que nos empuja, sino precisamente lo que en él
no ha
advenido.
Y porque somos también nosotros mismos, entonces, quienes recomenzamos.
Recomenzar quiere decir: salir de la suspensión. Restablecer el contacto entre nuestros devenires.
Partir,
de nuevo,
desde donde estamos,
ahora. " 
Tiqqun- ¿Cómo hacer?

Con este texto comienzo a pensar en cómo hacer un libro.
Para un libro como para una bomba casera se necesitan de varios elementos, poco importan en su unidad dichos elementos, puesto que lo que nos transformarà sera la explosión, y el devenir que tomemos con nuestras nuevas capacidades en nuestro cuerpo también nuevo y sobreviviente. 
Dentro del caos de estas sustancias que permanecerán en un viaje eterno por las orbes de los ojos de quienes lo lean tiene que suceder la magia. La poción que desarma el objeto dentro del sujeto, invariablemente lo sujeta a un filo por el que lx invita a caminar hasta agotar las posibilidades y llevar este cuerpo a inventar otras puertas y así volverse un loco portal que vive de su propia llama enfurecida de vida que quema por siempre lo establecido en la normalizacion de un mundo cansado y aburrido que solo busca ordenar lo que carece de humanidad, y por contrario, esta bien dotado de salvajismo, para en una de esas si lo vuelve humano, defraudar una vez mas el sistema planetario de la riqueza de una galaxia rebelde, brillante y desobediente.


1

Sobreviviente a la normalidad

Para utilizar un objeto es necesario el objeto, el sujeto que va a usarlo, y la voluntad de querer usarlo en el momento en el que el objeto se encuentra presente. 
 La imaginación de un objeto, si dicho objeto es el que nos da alegría que exista y a la vez nos da tristeza la sensación de no tenerlo aun, no es suficiente para la voluntad de usarlo, ya que si comparamos La imaginación del objeto y el objeto en si, lo que encontramos es un lapso de tiempo en el que pudo haber cambiado el deseo de usarlo.
También la invención del objeto va a ser primordial, ya que vamos a tratar en este texto objetos que no se pueden adquirir en el mercado. 

Es primordial, para seguir a bordo, que no ajusten sus cinturones, y que dentro de las aguas de sus deseos, dejen fluir sus impulsos como cohetes explosivos, dando lugar al nuevo movimiento.

ejemplo: 
Advertencia: este ejemplo es una paradoja. Ya que lo que usamos de objeto en otros ejemplos y en lo real, es parte de lo que conforma un sujeto.

Objeto: cuerpa.
Sujeto: Luisa.
Deseo: liberarse de los nudos que siente al querer llevar a cabo practicas inusuales por este sujeto ya conformado de un cuerpo.

Luisa nunca caminó. Sus manos giran las ruedas de su silla. Y rozan su cuerpo justo cuando el sol de la ventana atraviesa el vidrio y también la toca. Esto le produce algo de lo que nunca le han hablado. Luisa babea y la tibieza de su saliva le abre un mundo. En el kamasutra lo que no faltan son piernas. En los diccionarios del sexo tampoco. Su mano se mueve suave sobre su única pierna. El tiempo se convierte en otra cosa. El olor de la habitación cambia por completo y el de sus manos también. Como cuando pelas la mandarina. O te queda en los dedos la grasa de lo que te comiste. En seguida se los lleva a la boca. Y entre sus dientes la fiesta comienza. Los muerde como si lo que tuviese entre sus labios no fueran sus dedos con el olor de su cuerpo, sino un bombón de chocolate de esos que te comes despacio, y vas sacandole poco a poco la parte de afuera hasta llegar a la crema de maní envuelta. Hasta que por fin hacen contacto sus yemas con sus papilas gustativas y descubre lo poco agradable que es un bombón al lado de sus dedos calientes. Pero no le gustaba comparar. Si fuera por ella una orgía en su boca era posible con bombones, dedos y olores. Su lengua tartamudea cosas indebidas. Sus amigas no le habían hablado de los gemidos. En este planeta de bípedos, desobedecía susurrando y temblaba la sociedad y se caían las filosofías no aptas para su cuerpo. Ella adaptaba su deseo a su cuerpo. No necesitaba consumir. Necesitaba moverse como nunca lo había hecho, convirtiendo asì su cuerpa en otra cuerpa, hasta corporalizar su deseo y transformar de ese objeto que habían hecho de ella, un sujeto rebosante de alegría. El tiempo es finito en nuestra dimensión. Las cosas se terminan. La muerte es posible, tanto como la interrupción de un embarazo o el nacimiento de un animal. Salimos de una concha con un potencial de caos indecible. Pero es difícil replantearse si esto que hicieron de nosotras es un objeto del deseo macabro de un ser estúpido que solo va a ser billetera que pague y produzca para mantener un sistema erróneo activo o si es el objeto de nuestro deseo que irremediablemente lo convierte en sujeta si llevamos a cabo ese alegre deseo. Vamos a ser tratados como una cosa. Salgamos o no salgamos a la calle. En una lista somos un código de barras. Nuestras manos van a moverse solo para contar y no para escribir lo que contamos. Zombies. Máquinas que han perdido la capacidad de desear. De sensibilizarse. Pedazos de trapos. Rincones de calles. Depositos del poder de un otro. Abusadas. Maltratadas. Víctimas. Sobrevivientes. Cansadas. Aburridas. Escuelas. Universidades. Trabajos. Hechas rutina que empobrece nuestras ganas de ser feliz. Nuestras ganas de estudiar. De escribir, de crear, de inventar, de viajar. Hay quienes se dedican a estropear los atrevimientos de cuestionar la normalidad y nos torturan sometiendonos a tristes manipulaciones de nuestro agobiado cuerpo, como quedarnos con las ganas de tocarnos el culo, como tener un objeto en mi cuerpo al que nunca accedì por que hay una orden invisible que imposibilita el intento, habiéndonos eliminado el deseo de hacerlo. Luisa desea coger. Se había reprimido las ganas de preguntar ¿cómo se hace?. Si nunca una sola pierna debajo de una cintura había sido incluido en las películas porno. Cyrano tenia una pija en la frente pero dos piernas. Las revistas no se encargaban de investigar otra sexualidad posible. Ni las antiguas ni las del postmodernismo. El mundo estaba hecho no solo para los hombres, sino también para las mujeres con dos piernas, flacas y que entrasen dentro de los parámetros de la perfección que estableció el gobierno comercializante del mundo. Luisa movió sus dedos de otra forma y ya su cuerpo era otra. Ella era otra. Habia okupado un espacio abandonado. Conquistaba sus deseos. No hace faltaba nada mas que hacerlo de otra manera. Buscar la manera posible. La fisura en la idea. La puerta en el desierto. La ventana en su cabeza. Inventar la forma en la que se llegue al deseo. Desear desear. El budismo era otra bandera que nos queria ordenar. "si no tenes deseos que producen dolor y miedo, entonces no sentiras dolor ni miedo", dice buda. Tal vez es desear poder desear lo que nos saque del estado muerto de esta materia que cargamos. Y del dolor de no pertencer hacer el placer de ser quien inventa otro movimiento. Y del miedo de ser rechazada hacer la alianza dentro de nosotras con la que llevaremos acabo nuestras iniciativas. Del deseo de desear inventar el deseo. Y el deseo entenderlo como un transito de la libertad. Un pasaje. Un canal.  Y comerse los bombones, el mundo, la sociedad, el estado, las reglas y la belleza de sus dedos, nuevas bombas fabricantes de un caos que acababa de nacer en su pieza.











No hay comentarios:

Publicar un comentario