ñañañ

ñañañ

martes, 17 de noviembre de 2015

cuando compartir no genere estados zombies de nuestra materia

soñé hace un rato


mis pies encima de las maderas
se inclinaban como un barco
con sus turbinas hacia arriba
si es que ésto es abajo-
sin parar subían,
como quien marca el piso 11
en un ascensor
el cielo no estaba más cerca
pero el piso se alejaba
no tuve miedo
el viento descubría mi cara
a la noche le crecían los rayos
como tubérculos
o raíces venenosas
mortales
para quien no lo tome como un juego

a mi corazón le crecía su tamaño
cuando te leía
en un mensaje de texto
y decías
que estabas de buen humor
por que habías hablado con ella toda ella

yo también
quiero besarte
que me escribas
un poema
que desees profunda-
mente que me enamore de vos
y que me asesines
me mates sin pensarlo
con un beso
y creerme
que mi amor puede salvarte
de todas tus inyecciones
para no perder
ese hábito tan
humano
y poco tibio
de golpearnos contra una realidad
posiblemente enfermable
inventada por otro
codificada para ser esos cuerpos
siempre pendientes
de temas
irreproducibles
sumergidos en una ilusión óptica
que amenaza
sin vueltas
nuestra posibilidad
de devenir.

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