ñañañ

ñañañ

martes, 17 de noviembre de 2015

la mancha de tu nombre

quién pudiera tocar
esas manos sucias
recién venidas de asesinar a la alcurnia

quién pudiera
tener en vez de lengua un caracol
para en tus dedos
dejar el néctar precioso
de mi cuerpo de babosa
materia incesablemente húmeda

quién
quién pudiera
ser apretada hasta el moretón
con tus manos delincuentes

que miran el tiempo y lo desarman
que abrazan el cuchillo que más corta
mientas se ríen
que en las noches
por su
-apenas- ventana
ven
la clave
para hacerlo de nuevo
practicando el arte marcial
de ser imperceptible

quién pudiera
correr a tu lado cómplice
con las luces azules
hambrientas, feroces
bestias de lo normal

quién pudiera
cuando el fuego de este país extranjero
que nunca fue el tuyo
ni de esa
poesía rancia / bien viviente
ofrecerte algo
que no te deje morir
que te haga invencible
que te vuelvas
como tres cíclopes inmortales
que ayudan
al dios que habita dentro del fuego
forjador del mal
que nos hace tan bien
a hacer de este mundo
el reino del delito.

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