ñañañ

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martes, 29 de diciembre de 2015

sol nocturno

Veintisiete años y no sabes a que me dedico. Veintisiete años y le creerías a un médico que te diga que soy incapaz de llevar esa vida que deseaste para mí y no lo podes aceptar mirándome por que no me ves por que las madres solo ven que fracasaron como madres en vez de querer al salvaje animal que parieron, el cual no están obligadas a querer, pero parece que sí a exigirte que las quieras. Soy un monstruo en tus ojos. Cuantas patas tengo? Si tuvieras la receta no dudarías en clavarme la aguja. Tus ojos medicamento me quieren ver sana. Tus palabras cruzan los umbrales de los siete mares para juzgar mi sentencia. Cuántas garras tendrán mis manos en tus ojos? Cuánto olor podrá soportar mi remera? Solo el ruido y no hay música. De repente deseas que te quiera. De repente exigís una muestra de cariño o una explicación. Y no hay. Como las veces que puse música y no quisiste escuchar. O las veces que te quise mostrar lo que hacía y lo rechazaste con tu misma cara de inercia con la que preguntas Qué es lo que hiciste para que saliera así si vos no me criaste así. Parece que las fiestas remueven el ideal de familia. Mi corazón acobijado en una cerveza más que en cualquier palabra inexistente paterna. Mi corazón despedido de su vientre y de su amor de cartón. No hay nada. No somos nada. Pero sí, Pessoa, yo también tengo en mí todos los sueños del mundo. Y los acantilados de mis ojos van a dejar brotar de mi corazón nuevas flores. Hay un sol nocturno y cruel que me acaricia. La gatita se estira. La gatita duerme. Me va a herir dejarla. Me va a herir dejarla acá por que no puedo llevarla. Por que soy incapaz de ser normal. Por que ojalá me regalaran una casa donde llevarla. Yo no me quejaría si alguien con hambre me quita mi forra feta de queso y dos paltas. Pierden su espacio que les pertenece. Se aferran a ese cuadrado como si existiese algo ahí. Candado. Reja reja. Candado. Reja reja. Si la gente no creería que su dios castigador los esta mirando dejarían de disimular con todo lo que no soportan. Dejarían de hacerse los amigos. Dejarían todo y se irían tan lejos de su madre y de su vida que odian. Es de cuarta este mundo. Por suerte una pitonisa me muestra la puerta..yo debo atravesarla y no contarle nunca a nadie lo que ella me dijo. Es mi criatura que se despierta del cofre de los sueños la que va a mostrarme mi propia fuerza hecha acción. Tal vez me rompa la cabeza pero no hay nada que no pueda lograr. Sobre todo con el privilegio de no haber caído jamás en manos de los especialistas, quienes estoy segura me encerrarían. Ya sabes sol, como escuchaste por ahí solo se trata de safar.

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