Y
o
no te dejo
de amar
Y
o
a
en mi
se arma
tu olor
es naftalina
no vaya a ser que me arruine
pretendiendo odiarte
esclava de ti, ternura
cadena latigazo
el dolor me contempla
condenada a estrangular
el grito vacío de la nada
para tomarlo todo con las manos de mi voz
y regalarme una vez más
sin vos saberlo.
Esta ambigüedad mantiene alejado
el petróleo y sus empresarios
de mi tierra pisoteada
del abono de mi corazón.
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