ñañañ

ñañañ

lunes, 11 de abril de 2016

prueba

si en la distancia atroz
donde todavía mis dedos, patinetas salvajes que rompen las multitudes de las calles
no recorrieron esa noche de campanas
esos glóbulos infectados de pobreza
donde el virus fatal
es convertido en bicicleta hacia otras partes habitables
de lo que nunca serán
esos bares plagas que no la asfixian, no estrangulan la distancia
que generan
con la pesadumbre brillante de su cogote
con la irritable cacerola que se encierra
con el maldito fósforo que queda aislado de los labios de lija
y se entristece en un shopping camino a casa
y se acumula su santidad en la caridad estúpida que vincula
un nido de muerte
a la mesada preparada para extinguir
todo lo que nunca tuvieron
por que esperaron demasiado tener algo
que les saque los carteles heterosexuales del aburrimiento
un pasaje al veneno de una serpiente
que convierta en un dolor excitante
todo el mustio y trágico deseo cocido en mis entrañas
en los vientres
clavame tus dientes
dulce ser que se arrastra y me acaricia
sube por mis piernas
muerdeme
en la almohada donde tus sueños bailan en su tumba
por que allí saben que se abre el sol
por que asi saben que se abre la lluvia
y yo no necesito mas
que una boca nueva
y yo no consumiré mas
que todas las cervezas
para venir a mi
y a vos
niño de un tiempo anciano
que renguea sobre las promesas de una belleza eterna
de un grito rompe el cristal y arruga
no se ha quedado solo
por que una vez tiramos montones de gorras a la basura
y la palabra azul
que tantos poemas escribio
me recuerda a la caída mas gigante
y al golpe mas imbécil
el experimento vivo donde se comprueba
hasta que punto se puede ser
una luz que disminuye el cariño
y ordena el odio
en los estantes podridos de la humanidad.
yo me corro
yo
bicho coral
manifestaciones de estupendas alegrias
y extendidos abismos que decido no compartir
te abrazo
dulce distancia que recorro
con mis rollers
por la ciudad
de cadaveres irrevivibles.

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